1.- ¿Por qué existían 2 compañías diferentes para dar luz al país? Viejas, irresolubles y despiadadas grillas de mitad del siglo pasado.
2.- ¿Funcionaba bien Luz y Fuerza del Centro? No, al parecer no. Nadie, ni la gente que participaba al interior, ni su sindicato, ni los usuarios la han defendido. Yo viví en el DF mucho tiempo y sí, puedo decir que era una porquería. Ahora vivo en Morelia y digo que la CFE es una chulada.
3.- ¿Luz y Fuerza del Centro era una empresa que le generaba estúpidas cifras de dinero al Estado (el doble de lo que le cuesta la UNAM), no en generación de electricidad sino en sostener una estructura osificada y telarañosa de instalaciones y personal? Sí, desgraciadamente así era.
4.- ¿La culpa de lo anterior era completita del sindicato? Que no mamen. Seguro que responsabilidad tienen (la historia del sindicalismo mexicano así lo demuestra), pero los funcionarios que han pasado por ahí, desde López Mateos (cuando la nacionalización de la industria eléctrica) hasta Calderón, han sido designados por el Ejecutivo.
3.- En los cuatro incisos anteriores están grosso modo los argumentos de Calderón para desaparecer Luz y Fuerza del Centro. La siguiente pregunta es ¿Son suficientes motivos para hacer lo que se hizo? Mi respuesta es que sí. La siguiente pregunta es ¿son los únicos? Mi respuesta es que no.
6.- Porque si son suficientes (y yo creo que lo es el hecho de que una industria supuestamente al servicio del pueblo pataleé al borde del colapso) exijo ante la ventanilla abandonada de la lógica aristotélica que se haga lo mismo con todas las estructuras que funcionan así en el país. Podríamos empezar por el Sindicato de Educación y el de Petroleros. ¿Ah no? ¿Pero por qué? ¿Que vuelva otro día?... sospechoso. Tal vez entonces haya otros motivos.
7.- Imagino a Calderón pensando en algo que pudiera reivindicarlo ante el país. Algo que modificara la imagen desastrosa y de sorna que se moldea lentamente en el recuerdo de los mexicanos debido a la crisis y otras barbaridades, pero sobre todo a la crisis. Algo más allá de la costosa lucha contra el narcotráfico. Un golpe mediático. Puntos para las encuestas.
8.- Imagino que la disputa por los mil 100 kilómetros de fibra óptica propiedad de Luz y Fuerza del Centro para instalar y explotar un sistema de telecomunicaciones —el llamado triple play— no debe ser un mal negocio. ¿De cuánto? No, no lo alcanzo a imaginar. Pero estaría chido porque sería como llevar teléfono, TV e internet a través de los enchufes de luz. Suena bien. En un reportaje de Proceso (estoy consciente de la naturaleza bélica de mi fuente) leí que el socio mayoritario de la empresa que disputa la concesión se llama Fernando Canales Clariond, curiosamente, exsecretario de energía y hay otros panistas en el juego. Si esto fuera cierto, su talento para detectar negocios es a prueba de suspicacias como la mía. Yo simplemente imagino.
9.- Alguna vez, estúpidamente, le mentí a la mujer que amaba y nunca más me volvió a creer, o para ser exactos, he de decir que su confianza en mí se hizo pedazos. Esto no me hizo dejar de mentir, pero me dejó claro el costo y no exagero si digo que me hizo reflexionar en la mentira como herramienta de toda construcción humana. Mi temporal conclusión: creo que la mayoría de nosotros miente y los políticos, para no desviarme, tanto como cualquiera.
La diferencia para mí radica simplemente en la exposición que por la naturaleza de su chamba tienen sus mentiras. Eso es todo. Pero nunca he visto a un político sostener mentiras tan grandes, tan sombrías, tan cínicas y burlonas como las utilizadas por Calderón en su campaña para la presidencia. Fue como si dijese: Ustedes, pueblo de idiotas, que ¡Bendito sea Dios creen en milagros guadalupanos y telenovelas! Créanme. Sé que lo harán, sé que no pueden escapar a su condición sumisa, lo sé, sólo quiero asegurarme que vayan a votar. Tanto cinismo me dio un asco eterno. Jamás creeré algo que diga Calderón, mi confianza de él (que no es que la tuviera, es que yo inicio a todo mundo de cero) se hizo pedazos.
10.- Andrés Manuel es un político, seguramente miente y como político ha sido tan olímpicamente torpe como brillante. Se enreda en marañas irresolubles, pero… (y en ese pero me sostengo como en una cuerda floja) nunca le he escuchado una canallada contra la gente y sé que es un buen hombre, que lo único que persigue en ese laberinto de la política es el beneficio de la mayoría, en nuestro caso, los más jodidos. ¿Suena arrebatado? ¿Inocente? ¿Fantástico? ¿Fanático?... Sí, releo lo que escribo y sí, a un poco de cada cosa me suena, y pesé a ello, lo sé, es un buen hombre. Pero si es la urgente justicia su objetivo y no quiere las armas, tendrá que jugar el juego, en cancha de ellos y con sus pelotas (y las suyas, claro). No conozco a otro político de quien pueda afirmar lo mismo en México.
11.- A Andrés Manuel no le importa si el sindicato tiene la razón o si son en su mayoría una bola de corruptos (ya lo ha hecho antes, no me extiendo en los ejemplos), lo que le importa es que serán sangre nueva para su alicaído movimiento. Le importa la coyuntura y el revuelo de las movilizaciones. Le importa el caldo de cultivo que el gobierno se arriesgó a cocinar y tratará de aprovecharlo.
12.- Nada es puro ni verdadero, salvo esto que acabo de decir, de que nada es puro y verdadero. Pero Andrés Manuel y su movimiento son la única opción visible que existe en este país para modificar los lastres estructurales que nos tienen en el cíclico (y aceptable por casi todos) pantano de mierda.
13.- Luz para Andrés y Fuerza para su movimiento.
Yeyo

En la misma tónica del texto de Yeyo... y espero que esto no se convierta en un muestrario de opiniones sobre política (es decir, sólo Yeyo y yo y ya... jeje) opino lo mismo que él... salvo en lo de AMLO.
ResponderEliminarYo, por ejemplo, no creo que la intención del presidente Calderón haya sido maquinada, estudiada y puesta en práctica, para ver de qué manera fastidiaba, perjudicaba o hacía más miserable a la gente. No. No creo que sea producto de la voluntad (por decirlo de alguna manera) de un hombre "malo" ni un mal hombre.
Lo que veo es que la ciudadanía (no los grupos clientelares de los políticos) se ofendían ante el despilfarro y en general, apoyan la medida del presidente. Quienes están en contra son los beneficiarios de las canonjías al sindicato y el sindicato mismo y quienes de eso sacarán provecho (AMLO, por ejemplo).
A AMLO y la izquierda, no parece importarles la gente sin partido o sindicato; el ciudadano vil pues, sino los que están en la grilla o los sidicatos o en las cuotas de poder. Si la izquierda tuviera sentido común (y de justicia y de realidad y de visión...) entendería que LA GENTE sin partido, sin sindicato y sin cuotas de poder (los usuarios de los servicios de LyF, por ejemplo) son a quienes deberían atender y "abanderar"... no a pillos como los del sindicato de electricistas... y los que se acumulen en la saga de marchas por venir.
Yo espero que Calderón no se detenga en ese sindicato, sino que vaya más allá de ese reducto de corruptos dirigentes sindicales (a los que ahora "apoya" AMLO).
Qué país, qué izquierda tenemos!!!
En la misma tónica de la respuesta del Raus, opino lo mismo que él, salvo en lo de AMLO.
ResponderEliminar¡Ah!y yo nunca escribí, ni por asomo que Calderon hiciera las cosas para hacer más miserable a la gente.
Nomás eso nos faltaba...
Un abrazo.
Ya leí lo de García Márquez y lo de NarraTV. Chingón. Júntate tus centavitos para que te alcance mínimo pa cuatro cubas el viernes.
Tengo la disposición de quedarme hasta que las puertas de la Enramada se cierren.
ResponderEliminarEn la sesión del viernes hablamos de esos textos ¿no?
Un abrazo
Raus