Bitácora de un bio-rracho


No sé (y nunca lo haré) que me apasiona más, si el alcohol o los pájaros. La cruda nos llevó (no, nos arrastró) al lago de Cuitzeo, donde nadie, nunca, ni las guías de ornitología, ni los cronistas, ni los amigos, ni los trípticos de turismo del Gobierno del Estado mencionaron que hubiera pelícanos borregones. Y los hay. En parvadas como listones, impresionantes como lo que más.

Desde mi experiencia, recomiendo dos remedios para la cruda implacable: la alquimia del menudo y las parvadas indiferentes y majestuosas de pájaros irreductibles como estos, que vuelan como burlándose.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios