
Hay una rana en el amazonas que se llama "Phyllobates terribilis". Dicen que secreta un veneno sobre su piel, tan poderoso, que basta tocarla para comenzar a morir. A proposito de comenzar a morir, a propósito de la pelicula sobre Mandela y del poema que toma su título, quiero dejar áquí rápidamente tres poemas que yo considero son como esas ranas fulminantes, pero de efecto inverso. Poemas breves y magníficos, que a veces, ayudan a comenzar a vivir. Yo, además, ultimamente veo ranas por todas partes.
Invictus
Más allá de la noche que me cubre negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existirpor mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimasdonde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los añosme encuentra, y me econtrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino: soy el capitán de mi alma.
William Ernest Henley
Yo no me someto.
Dentro y fuera de mi casa me pongo el sombrero como de da la gana.
¿Por qué he de rezar?
¿Por qué he de inclinarme y suplicar?
Después de escudriñar en los estratos,
después de consultar a los sabios, de analizar y precisar
y de calcular atentamente,
he visto que lo mejor de mi ser está agarrado de mis huesos. Soy fuerte y sano.
Por mi fluyen sin cesar todas las cosas del universo.
Walth Whitman
Habremos perdido hasta la memoria de nuestro encuentro… y sin embargo nos reuniremos, para separarnos y reunirnos de nuevo, allí donde se reúnen los hombres muertos: en los labios de los vivos
Samuel Butler
Samuel Butler
yo recuerdo esa rana blanca... ¿aún vive?
ResponderEliminar"Mianyú" se llamaba. No, se nos fue.
ResponderEliminarBeso Latita.