Mi otra casa

Vivir atormentado por la duda: ¿cuánto más se esconde tras la carne? fue de todas las fugas la más violenta y miserable. Escapar rabioso hacia ningún lado, llegar al día siguiente  repleto de rasguños que te sonríen al rozarlos.

Ahí a donde llego viven otros que no se soportan, que no están bien si no mastican humo de cigarros sentados en un precipicio iluminado con luces rojas y se ponen un aura de alcohol y drogas que les amortigüe el golpe de violento del tedio. Es un mercado de carne,  una estación fantasma en el desierto en donde uno espera a que caiga un pequeño meteoro extraviado que ilumine, aunque sea una noche, nuestras sombras tan grises e irremediables.

Es la patria de la duda, rodeada de fronteras invisibles, mounstruosas e infranqueables. Es la soledad, que se ha escapado.

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