… que a la mayoría de nosotros corresponde uno o dos o varios amores luminosos. Mi tragedia, lo que me hizo el hombre infeliz que habito, es simple: se me encimaron. Meteoros salvajes enfrentados, transformándose en polvo en el instante de estrellarse. Ese instante era, es y seré yo, para siempre.
Ahora mi paisaje está lleno de animales fantásticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios