Noticias del mundo de al lado

Me dice el taxista en la mañana:

Hace frío porque esque el Popo se voltea pacá y con todo el humo y el hielo que saca nos manda el frío tempranito.
Le digo: pero el Popo es un volcán, y de los volcanes sale calor.
Me dice: Sí, pero de éste no, porque éste está en Puebla… y en Puebla hace frío.

Luego nos quedamos callados. Pienso en que él no sabe, pero quizá como escritor de comics sacaría un dinero extra. Dos semáforos después, suena el anuncio de un hongo michoacano que cura hasta el cancer y él vuelve del silencio, enojado: Gente ignorante, si ese hongo curara el cancer, no habría institutos de cancerología. Se calla un poco, luego dice: Lo único que cura el cancer es el caldo de zopilote. Obvio, casi sonriendo, le pregunto por qué entonces hay institutos de cancerología. Aaahh… –suelta un “aaah” como si hubiera esperado años para soltarlo, años a que alguien cayera en la trampa- porque esos están en las ciudades y en las ciudades no hay zopilotes. Le digo que podríamos reproducirlos, como a las gallinas, y me contesta que no, que no podríamos porque los zopilotes comen carroña, y es por eso que se pueden llevar el cancer. El poema que sale volando me deja quieto, no quiero seguirle preguntando para que no despedace la frágil idea, pero antes de bajarme de su taxi y perderlo para siempre, ya con la puerta abierta, me animo: Oiga ¿Y porqué no les damos carroña a los zopilotes? Concentrado en quitar una mancha del parabrisas, me dice: Porque eso no se puede hacer, sería muy feo, pues. ¿O a usted le hubiera gustado que le dieran carroña de chiquito? No verdad… No hay que hacer con los otros lo que no nos gusta que nos hagan ¿No trae cambio?

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